martes, 25 de enero de 2011

el conflicto de la tv


Creo que uno de mis problemas más serios es vivir partida en dos. En cosas tan simples como la tv se hace evidente mi eterno conflicto conmigo misma y mi forma de ver el mundo. Uno de mis grandes placeres culposos no es solo ver tv, tv basura por cierto, sino apreciar con tanto detenimiento los famosos programas de "makeovers". En mi defensa tengo que decir que estos programas tienen muchos componentes y de ellos se puede aprender mucho, no solo de estilo y decoración, experiencias estéticas en últimas, sino también de comportamientos individuales y colectivos que varían según el lugar desde donde se emita, pero que al mismo tiempo tienen como meta final ajustar a la gente a un modelo de felicidad occidental que alimenta ideas como el progreso y el bienestar. 

Me gustan mucho la ropa, el diseño, los colores, las combinaciones, los espacios decorados, las sonrisas bonitas, la comida, los zapatos, los cortes de pelo, me gustan cosas básicas y llamadas por algunos triviales y superfluas. Mi gusto por este tipo de cosas hace que disfrute infinitamente ver estos programas donde el derroche de "buen gusto" es el protagonista. Puedo pensar paralelamente que es una forma mas de recordarnos lo infelices que somos con nuestra forma de vernos, de vivirnos, de complacernos, de presentarnos... una lúdica herramienta de las maquinarias para reforzar el mensaje de la insatisfacción, el consumo y la imperiosa necesidad de encajar en una sociedad que juzga imágenes de antemano y que en la mayoria de los casos desecha cualquier atisbo de diferencia o "irreverencia". Aveces no puedo evitar enojarme cuando muestran a un marica que se cree mas "cool" que el resto de los seres vivientes y se da el lujo de reprochar a esas "pobres mujeres" por sus hábitos de vestido. Programas sobre acumuladores, enfermos por tener miles de cosas que siempre han comprado en oferta y de las que son incapaces de desapegarse porque simplemente son sus cosas; llega entonces el "equipo" al rescate, a reorganizar la vida de estas pobres familias sumidas en el desorden y la insalubridad. Es realmente entretenido, no puedo evitarlo, el cambio no deja de ser EL CAMBIO, los colores aparecen, las formas, las texturas, es como una golosina para el ojo. En ese momento pienso: este puto sistema nos ha humillado tanto con personas que no podemos ser, cuerpos que no podemos tener, casas que no podemos soñar, ropa que no podemos comprar, que por un momento un afortunado gringo tiene la oportunidad de disfrutar de ello, sentirse como una diva o un magnate, arrebatarle un poquito de esa abundancia de imagen a los rutilantes estrellas que siempre están tan lejos.... 

Que problema ver esos programas, pero si, además de la horrible culpa, aprendo mucho ;)

3 comentarios:

  1. UFFF! TOTAL!!! esos programas son adictivooos, MUCHO, y claro, yo también uso la disculpilla de "es que uno aprende cositas" y si es verdad, uso los tips de belleza de 10 años menos, estoy pendiente de unos cuantos consejillos de "no te lo pongas" o "quiero verme famosa" y aunque este no entra en la categoria también puedo confesar que intento usar los trucos del encatador de perros con mi perra, en fin. Malditos sean, todos y su ilusión de utilidad!!! :P ya mismo voy a verme alguno!!!! :P

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  2. Jajajaja mi prima tiene el DVD del encantador de perros!!!! mas impresionante aún: funciona con bosco ¬¬

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  3. si, es que lo peor es que funciona!

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